.

.

sábado, 19 de abril de 2014

Dar sin recibir.

Nos creímos héroes de algo que ni siquiera estaba definido. Por alguna razón estúpida creímos que podríamos desafiar los océanos y acabamos ahogándonos en los charcos.
Quisimos salvar a aquel que estaba en las últimas cuando ni nosotros mismos sabíamos salir del bache,
intentamos nadar a contra corriente cuando nos asfixiábamos solo porque alguien importante estaba al lado, muriendo. 
Siempre hemos sido de lanzar el salvavidas a ese alguien cuando nunca confirmamos que ellos harían lo mismo. Supongo, que por eso nos hemos llevado decepciones, palos, hostias, llamándolo de cualquier manera, de una forma u otra, personas que creíamos cercanas huyeron sin importar como estábamos, sin ni siquiera mirar si seguíamos ahí o si se había hecho tarde y ya no.


No hay comentarios:

Publicar un comentario