.

.

martes, 26 de febrero de 2013

Dolor, dolor sin ti.

¿Sabes cuando estás acostumbrado a algo y después de un tiempo se va, dejando un vacío? Pues con el dolor pasa lo mismo, a pesar de presionar el pecho hasta reventar, se echa de menos. No sé siquiera si sigue aquí. No sé si se me volverá a taladrar el de la izquierda. Quizás, estoy tan acostumbrada que no noto que está y aparecerá justo en el momento menos esperado. 
Tampoco sabría vivir sin él, supongo que es la clave que nos dice que estamos vivos, que pese a todo, con algo, nos podemos hundir, un detalle, un roce, un 'adiós' que se clava. Es la pequeña línea que separa la felicidad y la tristeza, la puta gloria de tenerlo todo y la necesidad de un algo que llene, que desborde. ¿Quién no ha tenido la sensación de estar hueco por dentro? De no tener nada ya que soltar, de un 'eh, que necesito salir de todo esto', sí, ese dolor que solo conoce uno mismo, que solo lo nota quien lo sufre. 
No es cuestión de ser fuerte o no, he podido ver a la persona más dura derrumbarse ante mis ojos, el dolor ataca y no puedes hacer nada. 
Y tú, chico, has sido mi  mayor dolor. Has rasgado todo lo que te encontrabas a tu paso. Más que un rasguño, has dejado cicatriz. Y dime quién cojones te olvida si cada vez que me miro al espejo te veo a ti, esa huella que dejaste antes de irte.
Porque te fuiste, pero no vuelves, hace ya tanto de la última vez.


Y acabar con tanto odio simplemente amando.


“Por ti, por mi, por volverte a ver”


Eras una bala perdida con ganas de llegar a algún corazón, y yo pasaba por ahí.


Si vas a pecar que sea de inocente, de callar con un beso o de evitar lo evidente.


martes, 12 de febrero de 2013

Imaginar el clásico final es una ruina, una caída más sin opción a salvavidas.


"Echamos de menos al que menos nos da, y así nos va."


Tú, tu despertar. Tenerte cerca

Mataría por ver la primera sonrisa de la mañana, qué desayunas, cuáles son tus quejas del sueño que tendrás, tu cara al despertar. Dime si no sería bonito que compartiéramos la Luna antes de dormir, que recorriese con el dedo cada uno de tus lunares, que formásemos poesía en cada 'te quiero'. 
Pero hace tanto ya desde la última vez, que no resisto, que necesito apoyo, pero tú, tú, joder, no estás y nadie es capaz de sacarme de esto. Mucho tiempo desde que me diste la última razón por la cual (sobre)vivir. Pero necesito otra dosis, de ti, de volver a ser como yo era, 'la chica risueña', y no te digo que no lo siga siendo, pero, eh, mira las sonrisas y compáralas, la de ahora tiene un vacío existencial, está hueca, y no, no la culpo, hace mucho que nadie la llena, hace tanto que no es una verdadera que no creo que vuelva a salir conforme era antes. Pero ahí está, intentando aguantar como puede, que derrumbarse ahora es demasiado fácil para todo lo que tú me enseñaste a luchar. 
Pero dime que volverás. Dime que vuelves y te prometo levantar todo esto, te prometo sonreír.


lunes, 4 de febrero de 2013

Creo que la vida se hace de escombros, de reescombros y de cenizas que siguen ardiendo.'


Las oportunidades marcan nuestra vida, incluso las que dejamos pasar.


El agujero del pecho pide a gritos que te quedes.


Te quiero en todos los tiempos y modos del verbo.


Soy esa sonrisa con la que te cruzas una vez en tu vida. El pintalabios de tus camisas. El 13 de tus martes.


Sonríeme que ya vendrán tiempos peores.


No sabes cuantas veces volvería a perder por verte sonreír.


Te vi desaparecer entre sonrisas que me dejabas, a cada paso que dabas, palabras que decías...


Y allí estabas tú, en medio de tantas personas, de tantas decepciones, de tantos intentos.


Sonrisas que colocan, sonrisas que matan.


No busques etiquetas, somos lo que el tiempo deja.


Rompería dientes y mis nudillos por ver tu sonrisa.


Por una mirada, un mundo. Por una sonrisa, un cielo.


A veces basta un instante para olvidar una vida, pero a veces no basta una vida para olvidar un instante.